Wednesday, 14 April 2010

Olores de Verano...

La temperatura empieza a cambiar en Europa aunque en charleroi el mercurio sigue cayendo hasta los 0ºC en las noches. Sin embargo, la mayoría de los destinos a los que normalmente vuelo experimentan ya unos agradables 18 a 20 ºC como temperatura máxima del día.

En mi trabajo eso tiene sus ventajas y sus desventajas. La principal, y quizás única ventaja, es poder pasar unos minutos parado en la puerta del avión durante el desembarque y posterior embarque, en el aeropuerto de destino y disfrutar del Sol y la temperatura agradable.

Las desventajas, el tubo de aluminio que tengo por lugar de trabajo suele calentarse hasta 10ºC más que la temperatura exterior gracias a la radiación del Sol. Eso implica sudar la gota gorda, literalmente, al tratar de sentar a todos los pasajeros en menos de 10 minutos y arreglar sus equipajes en los compartimientos, usando un traje, mezcla de lana y material anti-inflamable (como el que usan los pilotos de F1, Mariale sabrá de esas cosas). Ya que siendo primavera, la mayoría de los supervisores (sobrecargos) exigen realizar el proceso con el uniforme completo, realizar estas tareas sin chaqueta está reservado a los meses de verano.

Si a esto sumamos los cuestionables hábitos de higiene de muchos pasajeros, cuya temperatura corporal junto con la temperatura interior de la cabina, desencadena una reacción química que deja como resultado un olor nauseabundo el cual, luego del despegue, es reciclado por el sistema de presurización de la cabina. A esto habría que sumarle, la obligación de invadir el espacio personal de los pasajeros para atenderlos debido a lo estrecho de la cabina.

Esta fórmula explosiva (o mejor dicho, repulsiva), llega a su máxima expresión en los vuelos marroquíes (desde y hacia marruecos). Ya que, a todo lo anterior se incorpora el olor de la comida que suelen traer abordo para consumir durante el vuelo y el de pañales sucios, por alguna razón asumen que la mesita de los asientos es también una estación para cambiar a sus infantes.

Ahora, el colmo de los colmos, es que encima te toque volar con un compañero con complejo de gato (una aversión irracional al agua es la única explicación que encuentro para que una persona preparada para el contacto face-to-face con el público descuide su higiene personal). Gracias a Dios no es lo usual, pero me volvió a ocurrir en días recientes. Normalmente, lo descrito en los párrafos superiores se soluciona abriendo la puerta en el aeropuerto de destino y dejando que el aire fresco (y limpio) se lleve el aire "contaminado". Pero, si el zorrillo apestoso es tu compañero, el truco de la puerta es inútil, no puedo describir lo nauseabundo que me resulta pasar 12 horas encerrado en un contenedor hermético con una persona, que encima no entiende que echarse perfume encima del tufo que destila, no hace más que empeorar la situación.

6 comments:

  1. No sé cómo haría para soportar semejante martirio, tengo un olfato particularmente sensible, y los malos olores exacerban mi ya habitual mal humor.


    PD: No sabía que los asistentes de vuelo tenían que trabajar con trajes ignífugos; ahora gracias a ti soy 1% menos ignorante que ayer :-P

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  2. Coño, pero a ese compañero superguarro que te hace a ti y al resto del pasaje asquerosamente incomodo el viaje, yo se lo diría a la cara, báñate y usa desodorante, marrano!
    ¿Y no hay supervisores?
    Puag!
    ¡Que asco!
    Salud

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  3. Mariale: al menos esa es la razón por la que me estuvieron descontando 30 euros de mi sueldo durante un año, para pagar un uniforme inífugo. Espero nunca tener que comprobar su efectividad...

    Genín: la sinceridad es uno de mis defectos, por supuesto que le dije al sujeto lo desconsiderado que era presentarse a trabajar en esas condiciones. Es más le advertí que de tener que volver a volar con él en semejante circunstancia no me temblaría el pulso para reportarlo. Resulta que la higiene personal forma parte de nuestro reglamento de conducta y su incumplimiento es causal de despido, así que por su bien espero, una de dos, o no volver a volar con él, o que aprenda la lección y se pegue una buena ducha y se aplique un buen desodorante antes de ir cada día al trabajo.

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  4. Bueno, nada que agregar más que estas cosas pasan con todo y lo desagradables que son!

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  5. No hay cosa más desagradable que el olor a sudor y peor mezclado con el perfume , que asco .

    La verdad que me he entretenido mucho con tus vivencias , fué muy ameno .

    Un beso , cuidate .
    Nancy

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