Una de las primeras cosas que nos enseñan en el entrenamiento de Primeros Auxilios, es que los efectos del alcohol se agudizan durante el vuelo, concepto que no era del todo extraño para mi, ya que recuerdo de chamo los efectos catástroficos de quienes se tomaban un "calentaito" en la estación Pico Espejo de Mérida e inmediatamente empredían el camino de regreso a la ciudad.
Hará cosa de un mes, operaba un vuelo de Charleroi a Málaga, una vez acabado el 1er servicio de bebidas me llama una pasajera: "Chamo, tú de dónde eres?" -venezolano, respondo "Ya decía yo que me sonaba el acento..." siendo un vuelo a destino español los sobrecargos suelen pedirme que traduzca al castellano los Anuncios Públicos (PA's) sobre todo aquellos referidos a promocionar los productos que vendemos abordo. A este punto era inoficioso preguntar, así fuese por cortesía, la nacionalidad de la pasajera. Así, la conversación sigue:
"Chamo tengo sed, qué me puedes ofrecer" - veo que tiene una lata de cerveza, vendida por nosotros durante el servicio, así que le repregunto - desea otra cerveza?
"No, es que no me gustó, tienes whisky? Traeme mejor un güisquicito..." - Muy bien, lo desea con hielo "claro, si con hielito..." - agua? "ascooo, no pana con hielo está bien..." - En seguida se lo traigo...
Regreso con el whisky -aquí tiene serían 5.50€- me da 15€ y me dice "cuando termine este me traes otro y lo que quede es pa' que te tomes una cervecita en mi nombre..." - Muchas gracias - respondo.
Dejo pasar una media hora y me dispongo a servirle el 2do whisky, llego al asiento y la mujer no está en eso escucho "Chamooo, aquí...", la mujer se había cambiado de asiento y ahora estaba sentada en medio de dos mulatos de unos 2 mts de alto y más de 100 kgs de peso cada uno Para mis adentros pensaba, como la agarren entre los dos, a rompen. En fin, le sirvo el whisky y sigo con mi trabajo, en eso viene una de mis compañeras a decirme que la pasajera se está besando con los mulatos, pregunto con cuál, con los dos me dice.
Los tipos pensando que habían recibido una gracia del cielo, le compran otros dos o tres tragos, no recuerdo exactamente, y empieza a subir la temperatura entre besos con lengua y manoseos. Al rato, estamos preparando la cabina para el aterrizaje y escucho una campana de servicio, levanto la vista y los tipos me hacían señas. Cuando llego, la paisana tenía la cara verde y los ojos desorbitados, rápido busco una bolsa de mareo e improviso con unas servilletas y agua helada, unas compresas de agua fría. Les explico a los tipos, que de llegar a vomitar, procuren que sea en la bolsa.
Una vez en tierra, habiendo desembarcado todos los pasajeros menos ellos, me ofrezco a ayudarlos para desembarcar a la paisana, me replican que no, que ellos se encargaban. Sabiendo que lo primero que se van a encontrar es un puesto de control de la guardia civil, decido no discutir, pero la sobrecargo, en su condición de mujer, decidió interrogar a los tipos y sus intenciones para con la muchacha, su respuesta, simple, -en lo que lleguemos al hall la dejamos en una silla. Al final, decide tomar cartas en el asunto y poner el caso de la muchacha en manos del personal de tierra. Al final, el dispatcher (persona encargada por el aeropuerto para coordinar la llegada y la salida de un avión) me dice que hicieron lo propio, dejarla sentada en una silla de la terminal, ya que ni la policía ni los paramédicos quisieron hacerse cargo de ella.
Moraleja: cuidadito con pasarse de tragos en un avión....
y el dolorcito de cabeza que pega si uno toma vino en el avion es de horror...
ReplyDelete¿Tu sabes de eso Maie? jajajaja
ReplyDeleteSubir en Charleroi es pernicioso...jajajaja
Salud
jejejeje "Chamo, tráeme un güisquicito?"
ReplyDelete:-P
Bueno la verdad mi experiencia con los vinitos es mas en vuelos de 15 horas Madrid-Chile...te dan vino tinto con la cena...y el resto del viaje uno no quiere acordarse del vino tinto...
ReplyDeleteMaie: te entiendo una vez, en un vuelo boston-amsterdam, me tomé un vino tinto con la cena y me quedé dormido hasta que me despertaron con el desayuno (un ponquecito y un cambur)
ReplyDeleteMariale: sí, los pocos venezolanos que he llevado a bordo suelen sobresalir, pero esta pana se lleva el 1er premio...
Tomarme un par de vinitos o güisquicitos en el avión no es algo que me pegue tan fuerte. Ahora, volar con ratón...
ReplyDeleteEl cuento pues, tuvimos un matrimonio que estuvo muy bueno, la noche antes de un vuelo Maracaibo-Panamá-Punta Cana. El desayuno del avión no lo pude ni mirar. Ya para el segundo vuelo se me había pasado.
ReplyDeleteMe pregunto por qué los venezolanos (en general y aunq no soy fan de las generalizaciones) seremos así... es q es más fuerte q nosotros pero somos faciliticos de identificar...
ReplyDeletela verdad nosotros hemos tenido casos similares pero en tierra porq como sabes yo no cubro los velos sino todo lo q está antes y después en aeropuerto...
la verdad esta historia me parece un poco fuerte porq ya independiente de la nacionalidad nunca se me hubiese ocurrido pensar q alguien pudiese dar semejante espectáculo.. en fin; llamémosle gajes del oficio!!
Nicolás: lo de volar enratonado es autocastigarse, sin embargo prefiero pasajeros enratonados que borrachos, los 1eros suelen ser más tranquilos.
ReplyDeleteTodoloquemepasa: tampoco me gustan las generalizaciones, pero es cierto que, en promedio, los venezolanos solemos ser extrovertidos y por lo tanto llamamos la atención. Ahora el caso de la protagonista del post era de vergüenza ajena ya que el resto de la tripulación estaba al tanto de que era venezolana como yo.