Temiendo que Coraline vaya ha pensar que he mudado mi blog para el suyo por los extensos comentarios que le he dejado, me decido a dejarles esta anécdota que busca reforzar un poco la idea de por qué hoy por hoy no es factible prescindir de los copilotos.
Volvíamos de Malaga a Charleroi cuando el copiloto nos llama para avisarnos que necesita usar el baño, por procedimiento uno de los asistentes de vuelo tiene que entrar a la cabina de mando, para que uno de los pilotos pueda salir a hacer uso del servicio. Esta vez era el turno de Juanito, un afable malagueño que por su estatura me recordaba al pequeño Juan de las fábula de Robin Hood. A los pocos minutos de estar Juanito en el cockpit, encontrábame yo en el medio de la cabina recogiendo basura cuando el avión da un brusco giro hacia la izquierda y baja la nariz creando una sensación de vacío de estas típicas d elas montañas rusas, mis reflejos lograron que me aferrara al espaldar de un asiento para no caerme, los pasajeros gritaban despavoridos, en pocos segundos el avión se estabilizó y acto seguido sale Juanito del color de la camisa del uniforme.
En la cabina el silencio era sepulcral, el miedo todavía reposaba en las caras de los pasajeros, para aliviar la tensión le digo a Juan en voz alta "Coño Juanito te he dicho que cuando entres allí no toques nada", la carcajada de una pasajera de 1era fila se extendió por la cabina y al rato el capitan explicó por megafonía que nos habíamos topado con la esquela de un avión mucho más grande al nuestro. Luego con calma Juanito me cuenta que en cuestión de segundos comenzó a "pitar" todo en la cabina de mando y el capitan se acomodó en su asiento y empezó a tocar botones y palancas hasta que el avión se estabilizó.
Moraleja, prescindir de los copilotos requiere, desde mi humilde punto de vista, un salto en el diseño de aviones comerciales (recuerdo de pequeño hacían falta 4 personas en la cabina de mando para pilotear un avión), para que puedan ser pilotados por una sola persona. Estos aviones pudiesen ser usados sólo para vuelos cortos, ya que siendo el piloto un animal de la especie humana, necesitará hacer sus necesidades fisiológicas en algún momento y hoy por hoy las computadoras de vuelo no están capacitadas para sortear un imprevisto tonto como el de la historia antes referida. Ergo, se rompería el esquema low-cost de la compañía que entre sus premisas tiene el usar un sólo modelo de avión para reducir los costes de ingeniería. Por lo visto, el sr O'leary prevé el fin del esquema low-cost en un futuro no muy lejano. Amanecerá y veremos si los aviones comerciales evolucionan al punto de poder volar con un sólo piloto...